¿Ves la foto? Son Luna Rivas y Gastón Murfi casándose. Ese momento en el que estaba viendo el capítulo no me lo voy a olvidar nunca. Vos sabes perfectamente que me hubiese encantado verlo con vos, pero por diferente situaciones, no pudimos.
Ese día lloré. Lloré por el capítulo, por lo que me dijiste, por el futuro, por el presente, pero lo lindo es que lloré de felicidad.
Al ver la foto nos veo, en un futuro tal vez cercano, tal vez no tanto, pero lo importante es que nos veo a nosotros como Luna y Gastón.
Vos sabes lo que esa novela significó para mi, pero no sabes todo lo que me pasó a mi mientras a Luna le pasaba lo mismo.
Una de las vivencias que tenemos en común es el permanecer al lado de nuestro novio de hace tiempo (que actualmente, gracias a Dios, se transformó en ex) solo por lástima, o cobardía de no poder decir lo que realmente sentíamos. Y obviamente, a causa de eso sufrimos tanto...
Pero por suerte, el día llegó. No pudimos ocultar más lo que nos pasaba y fuimos de frente y dijimos "Marito, me gusta Murfi." La cara de Marito se transformó.
Los "Marito" de cada una tuvieron reacciones diferentes, pero te confirmo ya que eran tan iguales en cuanto a personalidad...
El Marito de Luna agarró sus cosas, y triste, se despidió de ella y la dejó ser feliz. Sabia decisión, ¿no? El mio no. Se fue por unos días, tal vez semanas, pero al rato volvió, y eso es lo que cuenta.
Volvió, y no se podía ir, no quería, no quería, no quería, hasta que un día, tuve que hacerme la fuerte, dejar mis modales de lado, y no contestarle a todo lo que me decía, ni siquiera a los amistosos "hola" de todos los días. Y así, poco a poco, Marito desapareció lentamente.
A los pocos días, Murfi se nos declaró. A Lunita ya se le había declarado, pero mi Murfi tardó un poquitito más, ¿viste? No voy a juzgarlo, lo importante es que lo dijo.
A nosotras siempre nos gustaron nuestros respectivos Murfi, lo asumimos, pero por diferentes razones, no nos permitíamos ser felices con ellos. Seguramente por el miedo a ser rechazadas, por miedo a perder una linda amistad, por miedo a perder. ¡Las cosas que se pierden por miedo a perder! Que suerte que con un poco de la ayuda de cada Murfi, Lunita y yo superamos ese miedo constante a perder, y a cambio de eso, ganamos mucho. Ganamos una linda relación, verdadera y duradera, con confianza, sinceridad, con juegos, días de tristeza, de felicidad, pero siempre con algo que nunca cambió: con amor.
Finalmente, la novela acaba con el nacimiento del primer hijo de Luna y Gastón, Juan Murfi.
¡Me emocioné tanto al ver la casa llena de juguetes y recuerdos! ¡Y ni hablar cuando apareció Luna! Tenía una panza enorme, que por poco estallaba. Un lindo vestido, como siempre anda, con sus aros largos, y su pelo corto desmechado lleno de rulos, con una colita alta. Y Gastón, bueno... estaba como siempre, con su trajecito de empresario y bla bla bla. Lo lindo era verlos juntos, a los tres, en un living lleno de juguetes, cochecitos, cuna, y todas esas cosas lindas típicas de los bebés. La gran cosa, el gran impacto que causó en mi, fue imaginarme en todo ese capítulo a nosotros, desde el casamiento, hasta la llegada del bebé. Y si, seré una soñadora, capaz me tomen como atrevida, adelantada, o simplemente una loca tonta que vive en su mundo, pero si algo me enseñaste es que tengo que decir lo que pienso, sin importar lo que digan de mi, y acá me tenes, escribiendo todo lo que me pasa por adentro, en mi mente y mi corazón.
Ese día fue muy especial para mi, tanto por el capítulo, y aún más, por las hermosas palabras que me dijiste "vas a ser una novia hermosa". Y más tarde, mucho más tarde, me dijiste "te imagino como una mamá perfecta." Como era de esperar, me emocioné muchísimo. Y ahora relaciono las palabras de aquel día, con las palabras más recientes, y todo se resume a ese capítulo, con casamiento e hijo.
No espero un final como el de Luna y Gastón, ¿sabes por qué? porque quiero que lo nuestro no tenga ningún tipo de final.
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