Sin palabras, realmente sin palabras. Anoche no sabes como te extrañé. Vino el bebé. Se llamaba Facundo, aunque para mi tenía más cara de Franco que de Facundo jajaja. A veces, no se porqué, estuve a punto de decirle Benja. No se si era porque me olvidaba el nombre o qué, pero quería un juguete y le tenía que decir "tomá", con vocecita tierna, pero nunca le decía "Tomá Facu", porque en mi mente estaba lista la oración "Tomá Benja".
Cuando lo tuve encima, saltándome y jugándome con sus juguetes, tenía una sonrisota inmensa. Y cuando lloraba, ¡me agarraba una desesperación! No sabía como calmarlo. Sí, tuve miedo. Miedo de que se me caiga, de no saber qué hacer, porque encima el loquito era re inquieto.
Lo que yo no podía controlar, era besuquearle esos cachetotes enormes que tenía. ¡Y cuando reía, esos pocos dientitos eran tan dulces!
No sabes lo lindo que fue ver a los padres tan felices con su primer hijito. El papá, chocho estaba. Y la mamá, obvio que también, pero estaba muy cansada porque se la pasó cuidándolo mientras el papá trabajó. Me vi, nos vi a nosotros en un futuro, ¿sabes? ¡Te extrañé tanto!
En fin, fue una experiencia re linda que nunca me voy a olvidar. Como todas esas otras experiencias con los bebes de otras chicas que tuve jajaja.
No me puedo sacar de la cabeza ese momento en el que lo tuve. El se reía, yo me reía pero con una sonrisota de futura mamá sarpada jajaja. Y si, seré muy adelantada, pero me gusta ser así.
Quisiera saber qué será de nosotros, pero estoy segura que ya lo averiguaré. ~