No entiendo. No puedo lograr entender tus
pasiones. No consigo entender tampoco tus canciones, ni siquiera esas las que
sé que no son tuyas. No comprendo tus reproches, no comprendo a veces, tus
emociones. No comprendo cómo me comprendes. No comprendo aún, a pesar del
tiempo, cómo has logrado compenetrarte tanto en mi vida, en mi mente, en mi
poesía.
La música, esa que no es mía, pero la siento como si lo fuere. Mis
escritos, esos que salen de la nada y terminan significando todo. Hasta en eso
has de estar, hasta en eso he de sentirte. Te llevo en mis huesos, en mi
sangre, en mi corazón, y en mi cerebro. Te llevo en las fotos, en los recuerdos,
en mis cuadernos. Vaya donde vaya, yo sé que te llevo.
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