Qué
lindo que es saber que al terminar, puedo contar con tu sonrisa tímida, tu
abrazo cálido, tus penetrantes miradas. Qué precioso es saber, que cuando todo
va volviendo a la normalidad, yo puedo volver en mí misma mirándote a los ojos,
sonriéndote despacio, besándote el cuello. Qué bueno que es saber que cuento
con tus caricias, desde las que brindan tus manos, hasta las que brinda tu
alma.
Me alegra tanto
saber que, después de las respiraciones, las muecas, las sensaciones, puedo
contar con que sigas a mi lado...
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