Todos creen que por ser adolescente soy igual que todas las demás adolescentes. ¡No loco, no es así! No soy como las demás, no salgo a bailar, no me chapo a cual pibito se me cruce, no dejo estar las cosas del colegio hasta el último momento, no me visto como todas, no me peino ni me maquillo como todas, no pienso como todas. Soy diferente, y me gusta ser así.
Soy chapada a la antigua, me gusta escribir, vivir en mi propio mundo, cantar, bailar, y sentir de verdad. No doy un beso porque sí, no salgo porque los demás lo hacen. Y si, seré loca, pero estoy feliz.
También odio, eso pasa siempre. (Aunque no lo crean, las locas también tenemos sentimientos). Pero trato de no concentrarme tanto en lo malo, y disfrutar.
Aprendí que la envidia no le hace mal al enemigo, sino a uno mismo. Entonces, ¿para qué envidiar? Es como la droga, una adicción, que lo único que hace es hacerte mal a vos.
No rompás las pelotas, ¡y sé feliz!