Somos adolescentes. A veces eso significa lo mejor del mundo, pero otras, es lo peor que nos pudo pasar en la vida. No queremos crecer. A veces preferimos quedarnos en donde estamos y otras daríamos lo que fuese para volver hacia atrás, a aquellas épocas en las que todo era más fácil. Pero ninguna de las dos preferencias se pueden.
El tiempo pasa y no lo podemos evitar. Ya les dije, crecemos y cambiamos.
Sentimos que nadie nos comprende algunos días, pero en otros pensamos que todo en la vida va perfectamente bien y que no necesitamos nada más que lo que ya tenemos ahora, en este preciso instante. Nuestra forma de pensar cambia de un segundo a otro, ya sea por alguna persona, algún comentario, alguna circunstancia, y ahí es cuando pensamos "¿Seremos anormales? ¿Soy la única persona a la que le pasa esto?" La respuesta es no. Todo es normal.
La edad es difícil, los cambios son difíciles. Nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestro entorno, todo cambia, pero nos vamos a acostumbrar que a lo largo de la vida vamos a ir pasando por distintos momentos en los cuales en algún instante nos vamos a sentar, miraremos hacia atrás y vamos a decir "la puta madre, como cambió todo".
Nuevamente repito: cambiar es difícil, pero es necesario.