Escribo, para no desaparecer.
People change, feelings change. It doesn't mean that the love once shared wasn't true and real. It simply just means that sometimes when people grow, they grow apart.
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Escritora desde que aprendí a posar el lápiz sobre el papel. Completamente indecisa. Poseedora de una mente peligrosamente abierta. Inteligente, con un ego filoso y un humor ácido. Todos los días intento ser una mejor versión de mí misma.

El último orejón del tarro

Yo te quiero. Como puedo, como me sale, pero te quiero. Es raro de decir. A veces, la gran mayoría, soy muy dura para decirlo pero muy débil para dejar de sentirlo. Las palabras no pueden salir de la boca, pero no paran de pasar del corazón a la mano y de la mano al papel.
Hoy no fui a cursar. Durante la madrugada me levanté para ir al baño y me vi en el espejo. Tenía los ojos hinchados, un poco rojos, y sentía la nariz tapada. Estaba despeinada, sudorosa, y algo rota. No sé, sentía que si me quedaba en la cama unas horas más las cosas se iban a arreglar solas como por arte de magia. Pero no pasó eso. Simplemente ocurrió lo de siempre: Me levanté tarde y los problemas seguían ahí, mirándome. Tenía papelitos de colores pegados en todas las paredes recordándome las frases que me moría por no escuchar, por no leer. "Ya fue", pensé y me puse a hacer otra cosa. Miles de cosas que me distraigan de la soledad de siempre. Actividades tapa bache para no acordarme de que no tengo amigos, de que no tengo pareja, y de que todo me dura lo mismo que nada. Detesto ser siempre el último orejón del tarro, el que eligen cuando las opciones viables ya no funcionan. Y cada vez sirvo para menos. Antes era el Plan B y ahora con suerte llego a ser el C. Nada viene bien, ni para ellxs ni para mi. No sé, simplemente ya no quiero jugar más. Me cansé de perder en un juego sin instrucciones.

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