Creciendo, cambiando...

Nuevamente escribo sobre los cambios. Sobre madurar, crecer... tal vez por el tiempo, por experiencias, por las hormonas. Sea como sea, todos crecemos, todos cambiamos.
Las experiencias, las situaciones que nos pasan en la vida, ya sean buenas o malas, siempre nos van a ayudar.
No hay que caer, no hay que parar. Simplemente, tenemos que seguir. No digo que olvidemos, porque la mente y el corazón, nunca olvidan.
Las caras no se borran, las palabras no dejan de oirse, las respiraciones agitadas no se quitan; las cicatrices quedan, pero se aprende a vivir con ellas.
Podemos seguir caminando, debemos seguir caminando. Por más pesada que sea la mochila, hay que caminar. Además, nunca se olviden que siempre vamos a tener a alguien para que nos lleve la mochila por un rato. Siempre estará alguien para hacerte reír, hacerte feliz y ayudarte a transitar ese camino, con ese pesado equipaje.
Aunque no me crean, y digan "no, pero yo en serio no tengo a nadie en esta vida", eso les aseguro que es mentira. Todos tenemos a alguien: una madre, un padre, un amigo, una amiga, un novio, una novia, algún pariente, una mascota, sea quien sea, pero siempre habrá alguien dispuesto a darte una mano.
No hay que rendirse. Tenemos que seguir, cueste lo que cueste. Siempre existen estas dos posibilidades: quedarse en el lugar donde estás o arriesgarte y continuar. Yo personalmente, elegiría la segunda. Se las recomiendo, es la que mejor les va a hacer.
Continuar no es sencillo, yo nunca dije que lo fuera, pero es algo necesario. Todos necesitamos continuar, ya que no podemos quedarnos tirados ahí, sufriendo, recordando, padeciendo lo que nos hace mal. Bueno, digamos que poder, podemos, pero no es sano. A lo que me refiero es que no deberíamos quedarnos si no nos hace bien, pero si nos sentimos cómodos, felices, ahí si deberíamos quedarnos.
La clave es alejarse de lo malo, pasarlo por alto. Levantarse cada día y decirse a uno mísmo "Sí, pasé por situaciones horribles, pero sin embargo, sigo acá." Estamos acá, viviendo el día a día. Sea lo que sea que haya ocurrido es parte del pasado, ya no volverá a pasar si no está escrito. Y si llega  a pasar, tendremos que hacer lo que hicimos la primera vez, seguir adelante una vez más.
La vida no nos garantiza que todos los días sean perfectamente felices. Siempre nos vamos a encontrar con situaciones buenas y situaciones malas, pero lo que importa es cómo salimos de cada una de ellas.
Se puede seguir, se debe seguir. Continuemos, ya llegamos hasta acá, ¡que no se caiga! Estamos tratando, estamos siguiendo, estamos continuando. Cada día un poco más, estamos creciendo, estamos cambiando.