Mi cerebro es la maquinaria más inexplicable, zumba, tararea, se eleva, ruge, se zambulle y luego se hunde en el fango. ¿Y por qué? ¿Para qué tanta pasión?
People change, feelings change. It doesn't mean that the love once shared wasn't true and real. It simply just means that sometimes when people grow, they grow apart.
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Escritora desde que aprendí a posar el lápiz sobre el papel. Completamente indecisa. Poseedora de una mente peligrosamente abierta. Inteligente, con un ego filoso y un humor ácido. Todos los días intento ser una mejor versión de mí misma.
Una vez me enamoré de un muerto. Así es, un muerto. El pobre hombre no sentía nada por nadie, ni siquiera por su propia familia. Pasaba la mayoría de su tiempo jugando con los sentimientos de la gente, haciéndolas sufrir, llenándolas de mentiras crueles y besaba sin la más mínima gota de amor.
Si me preguntaran qué me gustó de él, no sabría responder. Realmente no lo sé. Supongo que no me gustó él, sino de la simple idea de estar con alguien, saber qué se sentía besar, estar de la mano paseando por las calles, confiar plenamente en otro hombre... en definitiva, me gustó la idea de estar en pareja.
Pero eso lo supe mucho tiempo después. Durante mi relación con el hombre muerto no me importaban mis pensamientos, solamente quería estar con él. No importaba si para ello tenía que soportar todas las mentiras, perdonar todos los engaños y curarme yo sola las heridas que me causara, yo lo quería solo para mi.
Fue capricho, no amor. Fueron las ganas de ganar la batalla y llevarme lo que yo creía el mejor premio de todos: él, mi propio novio.
Caí, como una imbécil, aunque prefiero decir que en ese entonces yo era solo una nena inocente que no sabía lo que hacía. Caí en su tumba y me perdí. Me estaba convirtiendo en un muerto yo también. Ya prácticamente no era yo, sino una imitación barata de alguien como él. Quería parecerme, a ver si aunque sea me ganaba un poco de su amor verdadero. Me cambié completamente, me perdí y fue en parte culpa mía, por dejarme perder.
Cuando estaban a punto de tapar la tumba, no se cómo, me desperté. Caí en la cuenta de que yo no era así, y que si el no podía amarme como yo realmente era, entonces ese muerto no me merecía. Yo no podía cambiarlo, el ya estaba muerto y no era mi deber hacerlo revivir. Creo que fue más bien compasión y capricho lo que me permitían estar junto a él. Compasión porque me daba mucha lástima que sea así, tan insensible, negativo, tan muerto. Pero se ve que lo hecho hecho está, y si él había decidido morir ya no había vuelta atrás. Me costó tiempo entenderlo, pero cuando lo pude lograr me alejé lo más pronto posible para no seguir perjudicándome. No quería morir, era muy pronto y además, no merecía ese trágico final.
Actualmente, creo que puedo decir que descansa en paz. O que tal vez es una especie de "muerto vivo", ya que creo que hay una mujer que logró sacarlo de la tumba donde él mismo se enterró y hacer que vea la luz del día como algo positivo, no como algo molesto en la cara por las mañanas. Y sí, no era mi destino definitivamente. Lo mio era pasarla mal con el muerto, no obligarlo a reencarnar. Lo mío era pasar, aprender la lección y continuar mi viaje que aún, no termina.

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