"Nunca quise a nadie tanto como a vos, por eso es que empiezo a dudar, si seremos hermanos que nos separaron y nosotros sin saberlo nos volvimos a juntar". Así dice la
canción de Intoxicados, y oh casualidad, se ajusta perfectamente a lo que me pasa con vos.
Los analistas no podrían entender esta relación, y los adultos lo
justificarían con la típica frase de "son adolescentes".
A principio de año, todos los nuevos pensaban que vos y yo éramos
hermanos. Un día una tuvo el coraje de preguntarme para sacarse la duda. Se
acercó y me dijo, "¿vos y él son hermanos?". Yo solté una carcajada,
y sonriente y orgullosa le dije "no, es mi novio." Se
sorprendió. Ella también rió y me dijo "¡ay, es que se llevan tan bien que
parecen hermanos! Yo con mi novio me vivo peleando".
Que suerte la nuestra, de llevarnos tan bien. Que suerte la
nuestra, de poder decir que nos queremos con el alma. Pero que suerte la mía,
que con tantos caretas, mentirosos, chamuyeros y candidatos número uno para ser
infieles, yo te encontré a vos, el novio más perfecto que puede existir, por lo
menos para una escritora sin remedio como yo.
Todas nuestras compañeras dicen "¡ay, quiero un novio como
Emi! Es el novio perfecto." Mis pensamientos más oscuros me dicen
"cállense mierrrrrrrrdas, mueran zorras, ¡vayan con sus wachines!",
pero después reflexiono y se me viene la canción de las culisueltas y empiezo
"envidia, envidia, me tienen envidia, me tienen envidia." Pero
muuuucho después de toda esa "recalculación", pienso bien, osea con
la cabeza, no con los pies, y caigo en la cuenta de que tienen razón, ¡sos
perfecto!. Analicemos la situación. Digamos que las mujeres que no somos
culisueltas, rochas, wachiturras, chetas, entre otras, buscamos en un chico,
todo lo que tenés vos. Te digo:
1-Tocás la guitarra. (Ahí mueren todas.)
2-Sos tierno. (Reviven las minas.)
3-No te da vergüenza ser quien sos conmigo, frente a tus amigos.
Osea, sos la misma persona con ambos. (Ya van planeando clonarte, como todas.)
4-Sos sincero. Siempre decís lo que pensás. (las pibas
enloquecen.)
5-Siempre estás cuando me pasa algo. (chicas, contrólense.)
6-Te quedás conmigo si ves que tengo que esperar a que me vengan a
buscar. (no chicas, no se los presto.)
7-Escuchás buena música. Eso es muy importante. (las pibas se
tiran por los balcones de las casas, desesperadas.)
8- Sos gracioso. Siempre me levantás el ánimo. (atrás zorras, el
es mío.)
9-Sos celoso, y eso te hace más tierno. (atrás wachiturras, vayan
con el Memo.)
10-Sos re lindo, re setsi. (¡no, atrás! Lo voy a guardar bajo
llave, solo para mi.)
11-Cantás canciones lindas en mi oído, de la manera más chistosa y
tierna que existe. (las pibas dicen "aaaaaaaaw")
Y así podría seguir hasta altas horas de la madrugada, pero tengo
que decir lo que vine a decir: te amo.
Así está la cosa, che. Tengo el novio más perfecto del mundo (para
mi, claro.) y hoy, oficialmente, se cumplen ocho meses desde aquella madrugada
del seis de noviembre en el que te pregunté de la manera más estúpida (pero
original, eaea) si éramos novios. Juro que me acuerdo, y es como volver. Me
acuerdo con la delicadeza que pinté el portaretrato durante todo el día. Mi
mamá me cargaba y me decía algo así como "le estás poniendo mucho amor
como para que sea para tu mejor amigo, eh...". No se cómo, pero ella sabía
desde el primer momento en el que te presenté como mi mejor amigo, que íbamos a
terminar juntos. Estos instintos de madre...
Son las dos y algo de la madrugada, y yo despierta, casi sin
sueño, escribiéndote y hablándote. Tengo a mi derecha tu camisa roja, que aún
conserva algo de tu perfume. Hoy la voy a abrazar más que nunca.
Supongo que ahora viene el momento en el que empiezo a
agradecerte. Realmente, tengo que hacerlo. Siempre estuviste ahí, desde que
fuimos compañeros, amigos, mejores amigos, y aún hasta el día de hoy, seguís a
mi lado, ayudándome en todo. Aclarás mis dudas, calmás mis inseguridades,
alejás mis miedos, secás mis lágrimas de tristeza.
Gracias por cada momento compartido. Obviamente, tuvimos buenos y
malos. Por suerte hay más buenos, y me sirven para guardarlos como una
fotografía, en lo más profundo de mi alma. Los malos también los recuerdo, pero
tratamos de sacar lo bueno de ellos. Ambos sabemos que nos sirven como
experiencia.
Hoy, señoras y señores lectores de mi blog, les explico algo: mi
novio, es el mejor y lo amo con toda el alma y mi petiso corazón.
Felices ocho meses mi amor...
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