Mi cerebro es la maquinaria más inexplicable, zumba, tararea, se eleva, ruge, se zambulle y luego se hunde en el fango. ¿Y por qué? ¿Para qué tanta pasión?
People change, feelings change. It doesn't mean that the love once shared wasn't true and real. It simply just means that sometimes when people grow, they grow apart.
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Escritora desde que aprendí a posar el lápiz sobre el papel. Completamente indecisa. Poseedora de una mente peligrosamente abierta. Inteligente, con un ego filoso y un humor ácido. Todos los días intento ser una mejor versión de mí misma.

Posibilidades y recuerdos


Es el anteúltimo día. Si aquel sobre no ha de llegar a destino antes del primero de abril, mi posibilidad habrá muerto. 
Estoy usando exactamente la misma ropa que usé aquel dieciséis de noviembre del 2012. Exactamente la misma remera verde y antigua; el mismo pantalón azul oscuro. Recuerdo con nostalgia como mis piernas temblaban mientras caminaba, pretendiendo parecer calma. Recuerdo que pensé que me desmayaría, que resbalaría y haría el ridículo en público. Y es que así me sentía, tan nerviosa, tan temblante que podría desaparecer en ese preciso instante. Pero no pasó. Nada de eso ocurrió. No caí, no resbalé, ni siquiera vomité. Oculté a la perfección aquel temblor en mis piernas -que luego se extendió por todo mi cuerpo- y lucí un rostro calmo, un rostro sereno. Mostré sonrisas tímidas. Sonrisas que reflejaban que todavía no podía entender cómo todo aquello era parte de la realidad. Y no de cualquier realidad, sino de la mía
Creo que añoro todo aquello. El nerviosismo hasta en el último minuto, el viaje, el pensar "que jamás llegaríamos", el cosquilleo en la boca del estómago cuando esperaba oír mi nombre, y la sensación de cosquillas infinitas esparcidas por todo el cuerpo cuando finalmente me llamaron a pasar al frente. Y me pregunto, ¿volverá a pasarme esta vez? ¿Tendré oportunidad? En el fondo, algo de esperanza me queda. Trato de convencerme de que quizás tenga una mínima posibilidad de volver a repetir la historia. De todos modos, no se me suben los humos a la cabeza. Estoy preparada -como me aconsejó algún loco que quise bastante- para ambas respuestas: para el , y para el no
Tendré que mantenerme calma, o por lo menos parecerlo, como aquel día de noviembre. Me quedan aún seis meses de larguísima espera. ¡A juntar fuerzas, mi gente! 

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