La facilidad nos asusta porque nos han enseñado que todo ha de costarnos un enorme esfuerzo, un gran sufrimiento.
People change, feelings change. It doesn't mean that the love once shared wasn't true and real. It simply just means that sometimes when people grow, they grow apart.
Mi foto
Escritora desde que aprendí a posar el lápiz sobre el papel. Completamente indecisa. Poseedora de una mente peligrosamente abierta. Inteligente, con un ego filoso y un humor ácido. Todos los días intento ser una mejor versión de mí misma.

At least I'm not drinking

Ya no somos unos chicos. Eso es lo primero que recuerdo cuando, por primera vez, puedo volver a abrir esa caja que está en lo alto del armario y comprobar que no estoy llorando. No voy a mentirte, sí se me asomaron unas lagrimitas, pero solo fue porque noté que en una carta de amor ya te estabas despidiendo, y era de una manera tan dulce que ni siquiera me destrozó el corazón. Fue como si hubiera curado aquella partida, la real, la que fue una reverenda mierda y me arruinó la vida.
Pero no me puedo quedar con eso. No. No quiero. Tengo que ir y saber, saber si todavía estás ahí, si puedo salvarte de algo, si puedo volver a gustarte, si, si, si... Son muchas suposiciones, muchas teorías y cero práctica.
Me gustaría decir que lo lamento. Sigo escribiéndote cartas que se muy bien que vas a leer muy tarde o nunca, y me gustaría decir que lo lamento. Lo lamento en el alma, lo lamento todos los días. Es una lista interminable de cosas por las que me siento arrepentida y no sé cómo ni cuándo decírtelas a la cara. Además, vos nunca querés hablarme, y mucho menos verme, lo que complica las cosas sobremanera.
Pienso que podría hacerte llegar todo esto yo misma. Que podría hacerte saber que la dirección es la de siempre, que la puerta está abierta esperándote, como cuando dormía con la ventana a medio cerrar cuando era chica y tenía la esperanza de que Peter Pan viniera a buscarme para no tener que crecer jamás. Ahora en serio lo estoy meditando, y me doy cuenta de que tengo miedo. Sí, miedo. Miedo a desilusionarme, otra vez. Porque, admitámoslo, creo que es mejor continuar viviendo en la fantasía de que aún estás ahí esperando por mí, que darme la cabeza contra la pared de la cruel realidad en la que ya me superaste y posiblemente te estés revolcando con otra. Es una opción mejor, pero es algo absurda. Porque también soy curiosa, muy curiosa, y la curiosidad mató al gato, a mí y a mis esperanzas. Pero, al menos, el gato murió sabiendo, y yo también (con las ilusiones rotas y el corazón destrozado, pero sabiendo al fin) Hay que quitarse la venda de los ojos, por más que sufras, por más que duela. Merecemos saber la verdad, yo merezco saber la verdad. Por más que ya la tenga asumida, necesito el recordatorio permanente de tu voz diciéndomelo a la cara: Ya no te quiero más. Porque ahora dudo. Ahora estoy triste, sumida en una especie de cuadro depresivo en el que no dejo de leer, pensar y escribir dentro de la misma cama, y entonces me doy el lujo de dedicarme a dudar sobre tus sentimientos y los míos. Necesito saber. Siempre fue la incertidumbre mi peor aliado, mi más grande enemigo, mi mutilador, y ahora tengo que enfrentarme a eso para saber la verdad, una vez más. No importa el costo. No importa mi vida. No importa lo que siento. Ya no importa, no importa, no importa nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario