People change, feelings change. It doesn't mean that the love once shared wasn't true and real. It simply just means that sometimes when people grow, they grow apart.
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Escritora desde que aprendí a posar el lápiz sobre el papel. Completamente indecisa. Poseedora de una mente peligrosamente abierta. Inteligente, con un ego filoso y un humor ácido. Todos los días intento ser una mejor versión de mí misma.
En cuanto se arregló mi sonrisa -hace un par de años solamente- juré que desde momento hasta la eternidad, no iba a parar de reír a carcajadas, de mostrar mis dientes por todo. Prometí que iba a verme siempre bella, aún cuando en realidad no lo estaba, y me dije a mí misma que ya era tiempo de empezar a quererme. Sin embargo, no hay día en el que piense que en algún lugar del mundo -incluso tan cerca mío que puedo voltear y verla- hay una mujer mucho más linda que yo. Es decir, ojos azules o verdes, o por qué no, también grises o marrones; cabello lacio perfecto, ya sea rubio, morocho o castaño; silueta casi perfecta; pechos grandes y glúteos firmes; abdomen impecable; sonrisa tan blanca que deja ciego a cualquiera; estatura ideal, piel ideal, cuerpo ideal, cabello ideal, vida ideal. Y luego de todo eso, estoy yo: con mi metro cuarenta y nueve, con mis ojos marrones extraños, con mi cabello mal cortado y enmarañado, con mi abdomen creciendo cada día un poco más, con mi poco pecho y mis glúteos desagradables. Todos esos factores -y seguramente otros más- contribuyen a que la relación de amor conmigo misma vaya en una linea decreciente. Es lamentable, ¿no? Cada vez que me miro al espejo tengo sensaciones diferentes pero repetidas. Algunos días me veo la más bella del mundo, y otros -la gran mayoría- solo desearía ser aunque sea por un minuto, como las mujeres hermosas que veo a diario. Y esto ocurre, no porque en mi entorno no me den confianza y no me ayuden con mi autoestima, sino porque es un problema que tengo conmigo que hace años que no logro resolver. Si tan solo supiera cómo quererme... Me gustaría levantar un día y decir "soy hermosa" y que frente al espejo se refleje la mujer de cutis perfecto que tanto anhelo ser. Pero sé que eso es prácticamente imposible, porque la magia no ocurre siempre. Sé que no sucederá a menos que yo me decida a poner todas mis fuerzas y toda mi confianza en ello. La pregunta es, ¿lo lograré algún día?

Dividida



Married

De vez en cuando se me cruza por la cabeza que el matrimonio es una pura idiotez, una manera de mantener a su hombre bien alimentado y a su mujer callada. De vez en cuando creo que no quiero casarme nunca, ya que al hacerlo solo sufriría y sería infeliz. De vez en cuando pienso en que tener una sortija en la mano es como estar atada con cadenas en contra de tu propia voluntad. Sin embargo, muy en el fondo, aún conservo el anhelo de que se me haga la pregunta "¿te querés casar conmigo?" o "¿serías mi esposa?". La esperanza es lo último que se pierde, y como buena soñadora, sigo creyendo en que todavía los matrimonios pueden salvarse si quieren hacerlo.
Pienso que tener un anillo como muestra de amor en tu mano izquierda es un deseo que quisiera cumplir. Sí, puedo sonar contradictoria, pero lo que pasa es lo siguiente: por un lado, mi "yo escritora" me dice que estar casada con esa persona en especial sería lo más hermoso del mundo, ya que el ser diferentes del resto hará que nuestro matrimonio sea excepcional; pero por otro lado, mi "yo realista" manifiesta que el matrimonio es un cuento corto y que casi siempre tiene un final infeliz. ¿Con qué cabeza, con qué alma, con qué corazón debo decidir llegado el momento? Yo, siendo mi "yo desde afuera" creo que optaría por seguir a mi "yo escritora", esa parte de mi que abarca los impulsos más locos que, conscientemente, no cometería jamás. Pienso que, impulsada por las ilusiones y creencias románticas que me han acompañado desde que nací, respondería que sí con una sonrisa en el rostro y lágrimas en los ojos.
Obviamente que todo esto es pura mitología, algo que puede suceder y a la vez no, ¿quién sabe? Quizás nunca me case, quizás nunca tenga hijos. Quizás sea una mujer solitaria, así como quizás esté acompañada por el mismo hombre por el resto de mis días. No lo sé. Supongo que nadie lo sabe. Sin embargo, yo creo que voy a seguir soñando, total, no me cuesta nada.