People change, feelings change. It doesn't mean that the love once shared wasn't true and real. It simply just means that sometimes when people grow, they grow apart.
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Escritora desde que aprendí a posar el lápiz sobre el papel. Completamente indecisa. Poseedora de una mente peligrosamente abierta. Inteligente, con un ego filoso y un humor ácido. Todos los días intento ser una mejor versión de mí misma.

C'est fini


Último post del año. Hoy, cuando sean las 00:00 horas, se va a dar por finalizado el año más raro y duro de mi vida. Me pasaron cosas que jamás pensé que llegaría a soportar. Tomé decisiones buenas y decisiones malas. Me encontré en situaciones que ni siquiera había llegado a imaginar. Tuve golpes, tropezones y caídas. Mi alma carga con heridas que sé muy bien que no van a cicatrizar nunca, así como también tiene algunas de las que intento curarme día tras día.
Este año perdí y gané. Reí hasta lagrimear y lloré a carcajadas. Besé tanto hasta llegar a pensar en el arrepentimiento. Estrené momentos y talentos. Encontré amigos y enemigos. Me lancé casi sin pensar en infinitas situaciones. Busqué y encontré. Me arriesgué y fui sin más. Emprendí nuevos caminos sola y empecé a descubrir facetas mías que hace tiempo ansiaban salir. Retomé viejos vicios y los afiancé bastante...













En definitiva, si tuviera que definir en pocas palabras este año 2015, lo calificaría como un eterno sube y baja, un ring de pelea que nunca llegaba a su fin (es más, esto recién comienza), una guerra constante contra mí misma y el mundo que me dejó innumerables aprendizajes y tácticas de batalla. Realmente creo que este año me ha definido como persona. Cuando recién iniciaba ya presentía que iba a ser un año muy personal, muy "mío", pero jamás pensé que la brújula se inclinaría tanto hacia otros rumbos. Sin embargo, puedo decir con una mano en el corazón y la sinceridad a flor de piel, que no me arrepiento de absolutamente nada de lo que hice en estos 365 días. Mis acciones, mis pensamientos, mis decisiones, mis caminos, mis vivencias, mis personas, mis momentos, mis sentimientos...todos y cada uno de ellos están libres de esa horrible sensación de desear no haberlo hecho. Porque aunque hayan salido bien o mal, fueron míxs. Aunque me haya equivocado, aunque haya acertado, aunque haya sufrido o aunque haya disfrutado, esos momentos fueron bien propios y eso es lo que cuenta, eso es lo que los hace tan únicos, especiales, invaluables. Esta independencia que tanto me está costando pero que siempre he querido, ese es el tesoro que siempre esperé encontrar, esa es la meta a la que siempre ansié llegar. Y ahora que comencé la travesía, ahora que empecé la carrera, no pienso parar hasta el agridulce final.




Au revoir, año montaña rusa! Au revoir pour toujours et merci pour tout.

Letras que no deben ser pero son

El pibe que tocaba la guitarra y me hacía reír mientras cantaba en el sillón.
El pibe que se reía de mis caras cuando hacíamos el amor.
El pibe que tomaba vodka conmigo tirado en un colchón puesto en el living.
El pibe que miraba la gente pasar mientras se sentaba conmigo en la puerta que daba a la calle.
El pibe con el que quería tener un pibe.

El pibe que se emocionó cuando le llevé por primera vez una merienda a la cama.
El pibe que me miraba fumar y no me retaba.
El pibe que quería sacarme fotos artísticas desnuda.
El pibe que pensaba que tenía un cuerpo de pintura griega.
El pibe por el que se me quiebra el alma.

El pibe que tenía los ojos marrones más dulces que vi jamás.
El pibe que me hacía enojar por cosas cotidianas.
El pibe que no era perfecto.
El pibe que me quería.
El pibe con el que me quería casar.

El pibe que jugaba a la lucha libre conmigo.
El pibe que me veía en pijama todo el día.
El pibe que me secaba las lágrimas de una manera tan especial.
El pibe que no me cansaría de describir.
El pibe con el que sueño y ya no existe
(pero quiero conmigo.)

Refugio

Cuando todo salga mal
 y no pueda ver más allá
de la lluvia gris de mis propios ojos,
sé que cuento con tu refugio.

Cuando no quieras hacer otra cosa
que no sea correr hacia la cima
de una montaña lejana,
yo voy a estar ahí para que no te sientas
tan solo.

Cuando toque fondo y piense que no puedo
hacer más que seguir bajando,
sé que voy a ver la soga
cayendo de tu mano.

Cuando necesites una compañera de risas
en un mundo frío e injusto,
te voy a brindar el calor suave de mi abrazo
para que renazca tu sonrisa.


(Yo siempre voy a curar tus heridas.
Vos siempre vas a llevar mi refugio en tu corazón.)
Necesito volver a hacer el amor en una cama caliente y envuelta en un abrazo que me quiera.   Necesito volver a sentirme amada mientras me sacan la ropa. Necesito que me miren a los ojos y que me besen los párpados en cuanto los cierro. Necesito recostarme desnuda y no hacer nada más que reírme, mirar y charlar, solo por placer. Necesito besar unas manos que me tocan con amor. Necesito dormirme sobre un pecho que late porque me quiere. Necesito que vuelvas a quererme, aunque sea una última vez y como se debe. Basta de sábanas frías y brazos sin sentido.

Botellas llenas, notas perdidas


Ayer a la noche, cierto muchachito me hizo una pregunta que jamás nadie me había preguntado durante este período. Me dijo "Una mujer como vos, que está atravesando este momento de transición... ¿qué siente?". Me sorprendí por la pregunta, pero a su vez también por mi respuesta. En cuanto terminé de escucharlo preguntándome curioso, distintas palabras sueltas vinieron como un pantallazo a mi cabeza. Temor. Angustia. Soledad. Esas tres son las que recuerdo perfectamente. Ni yo creía que fuera tan fácil expresar este extraño momento de mi vida en tres simples palabras sueltas.
Hoy a la noche, mi primer noche sobria luego de tres días seguidos de dormirme sin siquiera saberlo, puedo sentir exactamente esas tres palabras rondando por la habitación con la puerta cerrada. Y si hago silencio, luego de que finaliza esa canción rara que me pongo para escribir y mis dedos hacen una pausa, solo puedo escuchar mi respiración deformada y mi corazón latiendo rápido y fuerte. Y trago saliva para contenerme de repetir aquella acción que me ha estado acompañando durante 72 horas mientras intento seguir el consejo de aquel que tanto ha estado para mi. "Escribí", me dijo. Y como si de un hechizo se tratara, me levanté inmediatamente a agarrar la computadora y empecé a anotar esas pequeñas líneas que derivan en párrafos que hablan más de lo que deberían. (...) Mi cabeza hizo una pausa y comenzó a divagar en caminos que no tendría que recorrer. No tengo que recurrir a aquellas adicciones que tanto bien destructivo hacen. Y no estoy hablando del alcohol. No, para nada. Me refiero a los amores descartables de los que tanto hablaba hace unos días. No puedo permitirme volver a meter la mano en aquella caja que se supone que está cerrada para siempre y oculta en lo más alto de mi armario, porque ya me lo dije a mí misma: los amores muertos no sirven. No puedo permitirme tampoco, bajo ningún concepto, intentar refugiarme en el amor a medias que siempre quise tener y ahora que lo tuve no sé qué hacer con él; simplemente no puedo volver a ese cariño mudo y ciego, a ese juego de mini espías, porque esto no es un juego y yo ya no sé cómo jugar.


A decir verdad, parece que lo que menos te hace daño es aquello que todos dicen que es malo. Mientras que el amor, aquel que todo lo puede y perdona, te lastima más que cualquier beso de botella.

Emborrachando al corazón




Hoy me dijeron alcohólica y no me gustó. Nunca pensé que me dirían esa palabra diciéndolo en serio. Siempre había sido una simple broma, un adjetivo estúpido que usábamos con mis conocidos para hacernos burla entre nosotros. (Qué curioso, a la que más calificaban de esa forma era a mí.)
Pero ahora parece ser que la gente no lo toma más en broma. Parece ser que la cosa "se está tornando un poco seria" y eso ya no da gracia. Honestamente yo no lo veo así. No creo que sea un problema el tener que beber para dejar de llorar, o incluso para hacerlo a cántaros porque el agua salada te hace pesar el alma.


Hoy me di cuenta que hay amores que no sirven. Amores que, por más que nos neguemos a verlo, dan más penas que alegrías. Amores que se dan a medias, que se dan rápido y de forma inconscientemente egoísta. Amores que ya pasaron y no van a volver a pasar jamás, e incluso amores que nunca debieron ser y que su existencia en el presente sigue siendo tanto un misterio como un milagro. Amor muerto. Amor de un instante. Amor descartable.


Hoy necesito hablar con un amigo y poder llorar tranquila. Necesito tomar hasta perder parcialmente la conciencia y lograr purificarme un poco a través de la lluvia miserable que sale por las ventanas rotas de mi alma. Necesito volver, erróneamente, a recurrir a ese amor descartable sabiendo que no tiene sentido ni futuro. Necesito seguir lastimando la herida de un amor muerto que no cierra y parece que no va a cerrar nunca. Hoy necesito seguir equivocándome, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez...