People change, feelings change. It doesn't mean that the love once shared wasn't true and real. It simply just means that sometimes when people grow, they grow apart.
Mi foto
Escritora desde que aprendí a posar el lápiz sobre el papel. Completamente indecisa. Poseedora de una mente peligrosamente abierta. Inteligente, con un ego filoso y un humor ácido. Todos los días intento ser una mejor versión de mí misma.
Yo era de esas personas que se desvivían por alguien. Yo era de aquellas, que les importaba más la persona que caminaba al lado que uno mismo. No podía controlarme, era algo más fuerte que yo. Si llegaba a tener un problema, lo ignoraba por completo, porque sabía que tenía que seguir adelante, y no por mi, sino por el otro. Recuerdo que era como una madre, dejando todo por beneficiar a su único hijo, aquella persona que tanto le importaba, por la cual daría el mundo, hasta la vida entera.
Pero la vida me enseñó que no todas las personas son mis hijos, que yo no soy Dios, lleno de amor y pura bondad y que no puedo arreglar la vida de las personas de un día para el otro como por arte de magia.
Justamente fue aquel quien me dijo un día "tendrías que ser más egoísta, pensar más en vos y dejar de preocuparte tanto por los demás." Luego de aproximadamente un año me di cuenta de que tenía razón. Pensaba demasiado en hacer feliz a alguien en particular, que prácticamente me terminaba olvidando de mi misma.
Hoy en día aprendí la lección, y me alegra tanto saber que tengo un nivel de control que me está gustando...
Amigas

De ellas habrá muchas, pero mejor amiga, hay una sola. Yo tengo una. Es algo loca a veces, muy responsable, siempre tiene el mejor consejo para darme y tiene total sinceridad. Cuando la necesito, ella está presente, y cuando ella me necesita, yo estoy ahí. Siempre fuimos unidas, ya que somos mejores amigas desde segundo grado.
Con ella tengo total confianza, puedo decirle todo. Aunque a veces no tengamos las mismas opiniones, seguimos juntas. Yo se que a ella puedo contarle lo que sea, y ella me va a aceptar, porque nuestra amistad va mucho más allá de las diferencias que tenemos.
Señoras y señores lectores de este blog, hoy les hablo de mi mejor amiga: Aylén.
Ella es alta, dueña de una sonrisota grande y derecha, que inspira mucha confianza. Puede ser tímida con nuestros compañeros, pero con su gente más cercana la timidez se va inmediatamente.
Su pelo largo y marrón, siempre anda recogido y con ondas, pero a veces se lo desata, dándome la oportunidad de que le haga una que otra trenza pequeña.
Sus piernas y brazos son bastante largos, lo que explica el sobre nombre que le otorgué: Papaíto (para los que no saben qué es, dícese de una araña con patas muy largas.)
En cuanto a sus preferencias y personalidad, su caracter es algo raro. Un día puede estar bien, otro día mal, pero todos nos sentimos así. Le encanta dibujar y tocar el teclado, cosas que hace de una manera increíble. También escribe, y es buena en eso, pero nada se compara con ver sus dibujos.
Su color favorito es el violeta, y sus cantantes favoritas son Avril Lavigne y Britney Spears. Las fue a ver a ambas, y dentro de unos cuantos días, se cumple un año desde que fue a ver a la primera.
No les da mucha importancia a los pensamientos negativos de los demás hacia ella, a menos que sea de alguien que ella considere importante en su vida. Para ser más clara, les digo que en eso es todo lo contrario a mi: yo doy vueltas y vueltas, me hago problemas por todo y dudo treinta mil veces antes de hacer algo. En cambio ella lo hace de una, (a veces; depende de qué se trate.) no se preocupa demasiado por cosas en las que yo soy muy vueltera.
Con ella puedo hacer de todo: desde hablar de algo muy tonto y sin importancia, hasta confesarle algo que jamás le había dicho a nadie. Ella se ha bancado mis veinte mil amores, a los 3 novios que tuve en toda mi corta vida y me ha visto llorar y reír por cada uno de ellos. Actualmente sigue haciendo eso, ya que ella y mi novio se llevan bastante bien.
Ella ha leído todas mis cosas, todos mis diaros íntimos, desde esos tontos de la infancia en los que lo único que escribía era lo que había comido ese día, hasta estos de la adolescencia, que explican mis caídas y levantadas, mis llantos y mis risas, mis cambios y mis estabilidades.
Ella, es mi única mejor amiga.


Amigos


No tuve tantos amigos. Simplemente recuerdo cuatro mejores amigos. El primero, mi mejor amigo de la infancia, se llamaba Enzo. Era un genio. Siempre jugábamos juntos, y era muy bueno con todos. Pero en cuanto crecimos un poco nos separamos. Actualmente nos hablamos un poco, pero es una relación de "Hola, ¿cómo estás?" y nada más. Eso no quiere decir que no lo quiera, de hecho, sigue siendo un genio para mi.
El segundo, fue Juan. A ese si que le conté de todo. Un día pensó que yo estaba embarazada porque no me venía, y tuve que explicarle la vergonzosa verdad. Sí, ya se dan cuenta el grado de confianza que teníamos.
Un día él dijo que gustaba de mi, pero no solo físicamente como él presumía siempre, sino que también se había involucrado conmigo sentimentalmente. Yo le dije que no iba a pasar nada, porque a mi me interesaba otra persona. Lo entendió a duras penas, pero nunca volvió a ser lo mismo.
Actualmente ni nos hablamos. Todo terminó cuando el me confesó que le gustaba otra chica. Yo le dije "¡Me alegro! Eso significa que pudiste librarte de mi, ¿ves? No era tan difícil como vos decías". Su respuesta fue "¿De qué estás hablando, Mell? Vos nunca me gustaste". Yo me quedé como sin entender nada. Pero bueno, tal vez lo negó vaya uno a saber porqué. Lo importante es que lo veo feliz, pero creo que realmente tendríamos que volver a ser amigos.
El tercero sigue siendo mi mejor amigo, pero además de eso, es mi novio. Ya les expliqué esta extraña pero hermosa relación unas cuantas veces. Si, tal vez no la entiendan, pero es lo que nos pasa.
El cuarto, es Nicolás. ¡Que capo que sos, man! Junto con mi novio formamos ese trío de amistad que se asemeja mucho al de Graduados. Somos Andy, Tuca y Vero.
A Nico lo conocí un tiempito después de haber empezado la relación con mi novio. Ellos eran amigos desde antes, y de a poco yo me metí en el medio. De una conversación flashera, surgió esta gran amistad.
El pibe me acompañó siempre. A mi novio también. Él es como mi mejor amiga: puedo joder con él sobre cualquier cosa, pero no es de esos que en los momentos difíciles se borra, sino todo lo contrario, está más que nunca.
En cuanto a su personalidad, es bueno, fiel, sincero, pero es como yo: muy enamoradizo.
Si nos vamos a sus preferencias podemos encontrar que su banda favorita es Tan Biónica,cuyo cantante es parecido a él,(aunque él mismo lo niegue) lo que me da motivo para haber inventado el apodo "Chano", nombre del cantante.
Fue a ver a su banda hace unos días, y por como estaba, se nota que la pasó increíble.
Físicamente hablando, es alto, (bastante diría yo) dueño de una voz gruesísima de locutor. Se ríe como yo: en mute y aplaudiendo como foquita feliz.
Si hablamos de el tiempo que lo conozco, son solo unos meses. Sin embargo, yo creo que esos meses fueron suficientes para que tengamos este grado de amistad y confianza que compartimos.
Actualmente, como les dije antes, sigue siendo mi amigo. Espero que lo sea hasta que seamos grandes; y si por alguna cosa loca de la vida, mi novio y yo nos separamos, me gustaría que Nico siga siendo mi único mejor amigo.


Su espalda, lugar en el que me encanta estar. Esa misma espalda, en la que apoyo mi cabeza todos los días. Es en ella, donde mis manos reposan tranquilas, mis labios y besos mueren en paz y mi respiración se prolonga. Su espalda es, para mi, el paraíso mismo.
Humillación. ¿Cómo vas a saber lo que es eso si nunca te vinieron los de "Johnson & Johnson" a hablarte sobre el desarrollo sexual, tres años después de tu primera menstruación? A eso sumale que estabas rodeada de más de 30 chicos riéndose cada vez que oían las palabras "pene", "menstruación" o "vagina" como si tuviesen cinco años. No, realmente fue un momento tan estúpido.
Es como le decía a mi mejor amiga: nos vinieron a hablar de esto cuando ya tengo hijos, hasta nietos. ¿Por qué mierda no vinieron cuando tenía once? Se supone que tendrían que haber venido en sexto grado, y nunca vinieron. De la nada, cuando estábamos disfrutando de la ausencia de la profesora de físico química, (a la cual detesto con toda el alma) llega de repente Isabel, cuya presencia nos deja a todos callados, y nos dice "en orden, dejando todo en el aula menos los objetos de valor y dinero, bajan hacia la sala de video que tienen una charla". Las dudas empezaron. "¿De qué es la charla?" "¿Es de sexo?" "Seguro debe ser por las orientaciones, porque dijeron que era solo para los terceros". Al final resultó ser sobre los cambios en la adolescencia.
Nada me dio más bronca que ver cómo se trata a los adolescentes en la televisión. Nos ponen como esa especie de humano quejoso, bien pelotudo, siempre diciendo cosas incoherentes. Detesto que nos pongan en esa bolsa cuando no todos somos iguales.
En cuanto terminó ese video imbécil donde los "adolescentes" hacían esas cosas pelotudas que, según los adultos son las cosas que hacemos todos, la mujer que dirigía la reunión nos dio a todas las mujeres un sobre que adentro contenía una cajita de muestra de tampones, un protector diario y una libreta de consultas.
Cuando la charla terminó, subíamos las escaleras con esos sobres en la mano y todas las mujeres se miraban entre sí, murmurando "ah, ya tuvieron "la charla" ". No se ustedes, pero para mi las cosas estan un poco desorganizadas.
Si ahora me preguntaran cuándo fue la última vez que lloré, les respondería que fue hace un rato. Las lágrimas caían a borbotones de mis ojos, sin que yo pudiese hacer nada. No pude frenarlas, y como me di cuenta de eso, me alejé y me fui a llorar al rincón. Murmuraba que necesitaba un abrazo, uno de mi novio, que tal vez me haría sentir mejor. Pero para variar, nadie se acercó y eso era, en parte, lo que yo me había buscado. Así que una vez más, me sequé mis propias lágrimas yo sola, me arreglé el cabello, sonreí frente al espejo, y volví como si nada, llenándome la boca de carcajadas y sonrisas falsas. El clima era muy denso. Todos disimulaban, reían como tratando de llenar ese horrible momento que él nos había hecho pasar. Todos, menos mi mamá, que por su cara se notaba que el momento le estaba haciendo hervir la sangre.
Nos fuimos diez minutos pasado el episodio, y no hubo otro tema de conversación que ese mal momento.
Otros acontecimientos nos hicieron olvidar un poco, pero nunca me voy a olvidar lo mal que la pasamos. Lo juro, aunque la venganza no sea buena, el pendejo me las va a pagar.
Días de alegrías, noches de angustias, ¿a quién no le pasó eso alguna vez? Quizás suceda por algún recuerdo, algún pensamiento, algún mal episodio que teníamos guardado y nunca pudimos contar, alguna duda que jamás pudimos aclarar, o porqué no, algún secreto que jamás pudimos confesar, o algún asunto que nunca llegamos a terminar.
Todos tenemos "nuestros días". A veces estamos bien, en otros momentos estamos mal, pero todo pasa en esta vida, y cambiaremos de cualquier modo. Ya les escribí, que no podemos pretender estar iguales toda nuestra existencia, siempre va a haber un momento en el que vamos a cambiar, y eso no se puede evitar.
Los cambios son para bien, o para mal. Pero ambos tienen una cosa en común: nosotros tenemos la posibilidad de elegir cómo vamos a transitarlos.
A pesar de que hoy fue un día genialmente perfecto, tengo ganas de que el mundo sepa lo que ayer por la medianoche sentí al leer algo dirigido a mi: me enojé. Me calenté porque las cosas no me las dicen en la cara. Me dio bronca que tenga tanto asco, tanta repugnancia por mi como decía sentir, y que después me salude con total naturalidad y continúe estando conmigo como si nada.
Yo no pretendo caerle bien a todo el mundo, pero me gustaría que aunque sea la gente que sabe que es importante en mi vida, me diga si le pasa algo conmigo, como por ejemplo.
Pero bueno, la gente cambia, tal vez yo también cambie y la vida continúa, señores. Tampoco podemos estar cambiando constantemente para consentir a todos, porque sería prácticamente imposible. Yo les digo, estoy muy orgullosa de ser quien y como soy, y no voy a cambiar aunque me lo pida la persona que más ame en el mundo. Si la gente me quiere, me acepta como soy, con mis defectos y virtudes. He dicho, carajo. 
A veces me creo toda una dama. Hablo como corresponde, siempre bien peinada y maquillada. Dueña de una voz fina y delicada, siempre contenta, con una sonrisa en la cara y capaz de hacer sonreír a quienes tienen lágrimas en el rostro. Otras veces, me sale mi parte "masculina". Le digo adiós a los modales, me peleo con cuan persona se me cruce en la vida y empiezo a gritarles barbaridades si me molestan demasiado. Ambas soy yo. Tanto la "parte femenina" como la "parte masculina" son mías, y no sería yo sin una o la otra.
Necesito ese cambio radical de vez en cuando. No puedo ser una princesita todo el tiempo, iría en contra de mis principios que se oponen a esa imagen perfecta de mujer. ¿Lo ven? Soy una princesa, una damita, pero tengo mi 50% revolucionario, adolescente, mi parte para ir contra la corriente.
Yo creo que todos somos dos personas en una. Todos tienen dos facetas, pero ellos deciden cuál de las dos mostrar. Yo muestro ambas, sin miedo ni vergüenza. ¿Vos, te animás?
Odio con toda mi alma el invierno. Lo detesto profundamente. Las flores se mueren, mis pies y manos se congelan y mis orejas ya ni las siento de tanto frío. No hay ropa que calme este chiflete, no hay momento en el que no desee estar calentita en mi cama.
Si sucediera una tragedia y tuviese que llorar, en vez de salir lágrimas en estado líquido, saldrían cubitos de hielo.
Nada me saca este frío. Duermo con una sábana, una frazada peluda y dos acolchados y a veces tirito.
No importa cuántos grados haga, yo tengo que tener calzas debajo del pantalón. ¡Sino me muero!
Siempre llevo veinte mil cosas puestas: una remera blanca manga larga, otra manga larga, el buzo, la campera de jean, la campera más gruesa, el gorrito que me tejió mi abuela, un pañuelo en la garganta y los guantes. Para cuando llego a la escuela, empiezan a derivar mágicamente diferentes apodos: pingüino, muñequito de nieve, Michelín, entre otros.
En fin, detesto el invierno y toda ola de frío o mínimo viento cuando hace cero grados bajo cero, pero lo único que amo de esta estación tan deprimente, son tus besos, tus abrazos y tus manos que siempre me dan calor cuando lo necesito.
Necesito que te acerques a mi para sentir el calor de tu cuerpo... 
Nunca callar, ¿virtud o maldición? Nunca pude cerrar mi boca, no se porqué. Siempre que pasaba algo, yo tenía que discutirlo. Las cosas terminaban terriblemente mal, y con la típica frase de mi madre "¿Cuándo vas a aprender a callarte la boca?", retumbando mi cabeza por unos segundos. 
Pero la culpa se me iba en poco tiempo, y al saltar otra discusión, volvía a pasar lo mismo. 
A veces es bueno no callar, pero hay que fijarse la situación en la que uno se encuentra. Es virtud no callar cuando tenemos la razón, cuando hablamos por hablar es idiotez, pero cuando hablamos y hablamos sin poder callar aunque sea un momento, ya es maldición. Estoy oficialmente maldita. 

"Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos ambientales o de uno mismo.
Psicológicamente, las emociones alteran la atención, hacen subir de rango ciertas conductas guía de respuestas del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria." Esto dice internet sobre la definición de Emoción. Sí, lo tenes que leer como tres veces para entender bien qué es lo que significa, entonces acá lo digo yo a "lo criollo": emoción es aquello que desvía tu atención de una cosa, a otra que te pareció más interesante o importante. Eso es lo que entendí yo. 
Hablando en términos "me lo explicó la profesora de Biología", la emoción sería la respuesta a cualquier estímulo producido por el medio en donde estamos, o alguno producido dentro de nosotros (en uno mismo). Sí, Vidal me pegó mal. ¡Pero esto demuestra que fue lo único que entendí! 
Entonces, si me guío por la definición de internet y mis conclusiones, mi vida está repleta de emociones. Hoy por ejemplo, tuve que contenerme muchísimo para tratar de que mi atención se centre en la hora de Construcción de la ciudadanía y no en la persona que estaba sentada conmigo. Mis intentos eran inútiles, porque de todos modos terminé teniendo el 50% de la atención en mi compañero de banco. Pareciera que me lo estaba haciendo a propósito. 
De todos modos terminé entendiendo y la hora se me pasó más rápido que nunca. Eso es rarísimo, porque con esta mujer como profesora, las horas se hacen más densas que nunca. Solo encuentro dos posibles explicaciones a la rapidez del tiempo: se me pasó rápido porque estábamos debatiendo, cosa que me encanta y entonces me entretuve, o es porque estuve muy concentrada en mi compañero, cosa que también me encanta y hace que me entretenga muchísimo. 
En conclusión, las emociones te hacen sentir en otro mundo donde todo es diferente a lo que ya conocías. Cualquier cosa puede causarte emoción, desde una simple palabra, hasta algún recuerdo, alguna caricia. 
Pero como todo en esta vida, hay emociones buenas y otras malas. Algunas van a hacerte volar de alegría, sentir una dicha inmensa que no vas a saber expresar con palabras y otras, que van a tirarte para abajo, hacerte sentir que nada tiene sentido y que nunca vas a volver a ser el mismo de nuevo. De cualquier modo, hay que pasar ambas de la mejor manera posible. Las buenas hay que disfrutarlas cuando están presentes en nuestras vidas, y en cuanto a las malas, tratemos de llevarlas lo mejor que podamos e intentemos que terminen rápido, para poder permitirnos volver a sentir esas buenas emociones. 

Imágenes deprimentes del facebook que me hacen extrañarte cada vez más. 


                                                                                      Putos. 
Hay gente que le importa tan poco los sentimientos de los demás... algunas los ignoran sin querer, tal vez porque no saben cómo manejar la situación de que alguien los ame y deciden apartarla de su vida; pero también hay otras que lo hacen por pura maldad. Gente que piensa que la persona que los ama son iguales que ellos, que solo buscaban jugar un rato y besar sin sentirlo cuando en realidad, no es así en lo más mínimo.
Pero ya se van a enamorar de verdad... todo vuelve en esta vida, y seguramente va a encontrar una persona en su vida que haga con ellos, lo que ellos le hicieron padecer a otra persona. Algún día se van a enamorar en serio, y la persona a la que aman van a jugar con sus sentimientos, dejándoles en claro que no quieren más que un juego. Y ahí van a saber lo que nos hicieron pasar. Estoy segura que se acordarán de nosotras...
Bueno, entiendan: no es mi culpa no ser hermosa. Sí, me agarró el ataque "autoestima cero" como ayer. Es que bueno, al vivir en un mundo en donde estás rodeado de mujeres hermosas, digamos que te sentís que no encajás demasiado. 
Aunque la gente que me adora me diga "no digas estupideces, sos hermosa!" yo se que lo dicen porque me aman y no quieren lastimarme. O tal vez lo digan en serio... pero la cosa es que yo no lo creo
Y ahí está el problema: ¿cómo ser feliz y estar conforme, si no podés ni creer en vos misma? Si alguien sabe la fórmula para vivir siempre conforme con quienes somos, que por favor me la diga, a ver si puedo mejorar un poco más. 
Hay personas que dicen "no me importa lo que me digan los demás, yo soy como soy, me acepto y me amo"; yo soy una de ellas, pero la cosa es que casi el 85% de las personas que dice eso, a veces se siente menos que los demás, ignorando esa frase típica en ellos. Y si, ¿quién no se sintió menos al ver que pasa un minón impresionante, dejando caer toda la belleza que creíamos tener simplemente hecha polvo en el suelo? 
La envidia existe, quieras o no. Todos envidiamos algo alguna vez, y generalmente nosotras las mujeres, envidiamos la belleza que tienen otras. Algunas tienen más razón para envidiar que otras, pero al fin y al cabo, siempre buscamos tener lo que los otros tienen. 
Yo no ando pensando en la belleza que no tengo todos los días de mi vida, a cada segundo que vivo, pero digamos que cuando me agarra, me agarra. Ayer me atacó un rato, pero después se me pasó. Creo que hoy pasa lo mismo... ya se me va a pasar. 
Te quiero. Te quiero de una manera en la que nunca quise a nadie más. Ya no se cómo describirte todo lo que siento. 
Aunque a veces no lo demuestre, te amo demasiado. Muchas veces me he enamorado, pero nunca me pasó  algo así. Esta conexión es única e inigualable. 
Tus besos, tus abrazos, los juegos, las situaciones, todo lo que provenga de vos es único. Por más que trate de buscar en mi memoria alguna situación vivida que se asemeje a esta, no encuentro nada. ¡Todo es nuevo para mi! 
Te amo, aunque no lo diga seguido. Me encantan tus besos, aunque no lo haga seguido. Me enamora tu mirada, aunque no te mire seguido. En definitiva, aunque sea la peor novia/mujer/amiga, te amo como nunca amé a nadie en esta corta vida. 
¿Es normal morder mi propio dedo pensando que es el dedo de mi novio?


                                                            Creo que no. Estoy mal. Chau(?)
Y soñé pasiones locas con vos. 

                                                                                                   Literalmente. 
Vamos, tómame de la mano y vámonos lejos. Quisiera hacer eso posible...
Vamos, no es tan difícil. Podemos irnos esta noche y volver en cuanto amanezca. Nadie notará nuestra ausencia y nosotros disfrutaremos cada uno, de la más grata presencia que es tenernos cada uno a nuestro lado.
Despertar. ¡Que lindo sería despertar a tu lado! Disfrutar de cada desayuno juntos, y como primer acto del día, besar tus labios.
Mirar esos ojos café que tienes y sentir que no necesito nada más en este mundo, eso si sería tan hermoso.
De la noche a la mañana te convertiste en lo que siempre quise, en lo que siempre esperé y que de un día a otro pude tener.
Háblame, dime que me amas. Bésame, en los labios y en el cuello. Abrázame, hasta que se haga de día. Tómame de las manos y caminemos hasta que se nos cansen las piernas.
Te propongo que algún día cumplamos esas promesas que tanto dijimos que haríamos. Te propongo que a partir de esta noche, soñemos lo mismo.

Hay personas que una vez que llegan, no las podes dejar ir. Terminas amándolas tanto, que ya sentís que son parte tuya y que si se van, ya nada volvería a ser como antes. Pero no es así. La vida sigue, los amores continúan, las risas se escuchan y la luz del día te espera afuera. ¡No te dejes caer!
Como suelo decir: siempre se puede seguir adelante. No porque se haya ido alguien se acaba el mundo. No te niego que duele, pero si esa persona no vale ni la más mínima lágrima, te recomendaría que te pares, seques esas lagrimitas, vuelvas a maquillarte, vayas al espejo y al mirarte tan divina como realmente sos me gustaría que te digas "soy demasiado para él".
¿Cuántas veces he caído y nadie me ha ayudado a levantarme? ¿Cuántas noches he llorado y nadie ha venido a consolarme? ¿Cuántas hojas de cuaderno habré gastado escribiendo que te amo? ¿Cuántas hojas de cuaderno habré gastado escribiendo que me lastimaste y que no volvería a hablarte aunque me muera de ganas?
Mujeres, reaccionemos: hombre que juega, hombre que vuela. No nos dejemos utilizar. No permitamos que nos pongan en segundo lugar. Si alguien realmente nos ama, lo demuestra. Si alguien realmente nos extraña, nos busca. Es así de sencillo.
¿Cuántas veces nos habremos enamorado de una persona que no sentía ni la mitad de la mitad de lo que nosotras sentíamos por él? ¿Cuántas veces nos hemos humillado a nosotras mismas, cuántas veces hemos perdido hasta la parte más mínima de nuestra dignidad por alguien que lo único que hacía era lastimarnos cada día más? A vos, que estás siendo utilizada. A vos, que estás siendo lastimada. A vos, que estás llorando frente a la pantalla por alguien que no debería importarte; a vos te digo: ¡sos hermosa, no le des bola y como buena mujer fuerte que sos, levántate
Se supone que con esta foto tendría que venir el mega testamento gigante y deprimente, pero no. Lo único que voy a decir es que así me sentía ayer, descuidada, culpable por decir lo que me pasaba y algo nostálgica, melancólica... pero todo se me pasó cuando te vi, simplemente eso, vos y tu magia...
Hoy me di cuenta que no puedo mirar hacia atrás y no llorar o ponerme triste. Extraño tanto mi pasado, o más bien una parte de mi pasado, en la que podía sentir sin mirar, podía estar segura sin besar, podía ser aceptada sin necesidad de presentarme. Hoy revisé mis archivos, revolví sensaciones y recordé un par de canciones.
Recuerdo y es como si estuviera ahí, sintiéndolo todo otra vez. Sé que dije que ya no era necesario, que esta parte del pasado la detestaba y que con solo ver fotografías me daban náuseas y pensaba "¿cómo pude yo caer?". Hace unas horas confesé que estaba algo triste y no sabía porqué. Ahora lo descubrí. Lo que me pasa es que extraño el pasado, pero amo mi presente. No cambiaría por nada ni nadie a las personas que tengo al lado, y menos por una persona que creo que no me necesita más. ¡Tengo que entenderlo! El pasado ya se fue y jamás volverá, excepto a que yo lo fuerce a volver en forma de recuerdos.
Estas mínimas lágrimas que estoy derramando al escribir esto tienen tan poco sentido como las palabras que murmuro entre el llanto. Palabras como "extrañar" no deberían decirse si se habla del ayer, de ese ayer que parece tan lejano pero que para mi, está tan presente como este momento preciso.
No se porqué sigue interfiriendo. Creí que lo había superado, que lo había alejado, por lo menos en la parte sentimental, pero me doy cuenta de que no. Aún sigo prendida a la falda de este episodio de mi vida, como un niño asustado de aceptar una nueva etapa que no puede soltarse de la falda de su madre. Así me siento yo, como si estuviese entrando a un nuevo capítulo que quiero transitar, pero aún no puedo poner el punto final en el capítulo anterior. Tal vez no pueda porque no quiera, pero les aseguro que voluntad no me falta, porque puse todo de mi para alejar esto, pero en situaciones como esta de hoy, llego a pensar que nunca logré alejarlo, sino que lo único que hice fue ocultarlo bajo la alfombra y hacer como si ya hubiese pasado. En situaciones como las de hoy, me doy cuenta que "no fue" una mierda.
Se ve que estuve destinada a encontrarme con cadáveres este último tiempo. Debo sentir una especie de atracción hacia esa gente que no tiene nada en la vida, y que tampoco se esfuerza para tener algo. Pero esta vez era diferente: este "muerto" no estaba del todo muerto, sino que estaba falleciendo lentamente.
Esta especie de cadáver era muy opuesto al anterior, ya que este por lo menos podía sentir. Lo que le jugaba en contra era su muy baja autoestima, y eso más sus problemas de salud, lo dejaban en un estado casi vegetal. Nuevamente me involucré con el para salvarlo. Pero no se cómo, de la noche a la mañana ¡pum! me enamoré de un muerto otra vez. Esta si iba en serio, ya que me enamoré de verdad.
Quise ayudarlo, les juro que intenté sacarlo de su estado vegetal, pero todos mis intentos eran en vano, cada día tenía un problema distinto.
Cuando lo conocí por lo menos podía mantenerse a sí mismo, pero a medida que fue pasando el tiempo, su estado se fue deteriorando, al igual que ese poquito de vida que le quedaba y que malgastó como si nada. Luché varios días y noches enteras para tratar de encontrar la cura, una especie de fórmula secreta, o algún tipo de magia que rompiera ese hechizo de "vivirás como si estuvieses muerto". No la encontré, pero no por eso me rendí. Traté de convivir con sus problemas de cadáver en plena descomposición, pero no pude. Recién hacía un tiempo pequeño que había empezado a recuperarme del entierro anterior y al ver que cada día, este vegetal empeoraba un poco más, me volvía a destruir. Sinceramente, no tuve tiempo de recuperarme del todo, y eso influyó mucho. Nuevamente volví a caer, y así como con el otro muerto, yo también me había convertido en alguien como el, aquí pasó lo mismo: el empeoró, entonces también yo. Hubo un punto en el que ambos nos encontramos. Ambos estábamos completamente destruidos, ambos éramos vegetales a punto de morir. Estábamos a solo un paso de caernos al vacío, pero yo siempre reaccionaba y nos aventaba hacia atrás, para evitar alguna desgracia. Hasta que llegó un día en el que no pude hacerlo y cuando se encontraba al borde del abismo, simplemente me retiré y lo abandoné ahí, dejando caer sobre él toda la responsabilidad en cuanto a su vida. Ya no iba a decidir más por él, sino que me alejé y dejé que él mismo decidiera qué hacer en ese momento: o alejarse del borde y tratar de mejorar, o dejarse caer y morir. No se qué habrá elegido, solo se lo que elegí yo: seguir.
Una vez más, estuve cerca de un muerto, o más bien algo parecido. Una vez más, casi muero yo también. Por suerte no bajé los brazos y acá estoy ahora, escribiéndoles sobre los muertos que alguna vez conocí.  Tal vez todo sea culpa mía y de mis malas elecciones, o tal vez tenga mucha compasión de todos y mi instinto bonachón me lleve a querer hacer el bien por los que tienen menos o en casos extremos como estos,  hacer el bien por los que no tienen nada. Creo que serví de algo para este muerto también, ya que cada tanto sale de donde sea que esté para agradecerme por todas esas veces que lo aventé hacia atrás cuando estuvo a punto de caer. Nuevamente fui algo idiota y perdí casi todo por nada, porque se empezó a rumorear por ahí que este cadáver no era quien creíamos que era, sino un lobo disfrazado de cordero. Los errores se cometen, y de algo siempre sirven...
Una vez me enamoré de un muerto. Así es, un muerto. El pobre hombre no sentía nada por nadie, ni siquiera por su propia familia. Pasaba la mayoría de su tiempo jugando con los sentimientos de la gente, haciéndolas sufrir, llenándolas de mentiras crueles y besaba sin la más mínima gota de amor.
Si me preguntaran qué me gustó de él, no sabría responder. Realmente no lo sé. Supongo que no me gustó él, sino de la simple idea de estar con alguien, saber qué se sentía besar, estar de la mano paseando por las calles, confiar plenamente en otro hombre... en definitiva, me gustó la idea de estar en pareja.
Pero eso lo supe mucho tiempo después. Durante mi relación con el hombre muerto no me importaban mis pensamientos, solamente quería estar con él. No importaba si para ello tenía que soportar todas las mentiras, perdonar todos los engaños y curarme yo sola las heridas que me causara, yo lo quería solo para mi.
Fue capricho, no amor. Fueron las ganas de ganar la batalla y llevarme lo que yo creía el mejor premio de todos: él, mi propio novio.
Caí, como una imbécil, aunque prefiero decir que en ese entonces yo era solo una nena inocente que no sabía lo que hacía. Caí en su tumba y me perdí. Me estaba convirtiendo en un muerto yo también. Ya prácticamente no era yo, sino una imitación barata de alguien como él. Quería parecerme, a ver si aunque sea me ganaba un poco de su amor verdadero. Me cambié completamente, me perdí y fue en parte culpa mía, por dejarme perder.
Cuando estaban a punto de tapar la tumba, no se cómo, me desperté. Caí en la cuenta de que yo no era así, y que si el no podía amarme como yo realmente era, entonces ese muerto no me merecía. Yo no podía cambiarlo, el ya estaba muerto y no era mi deber hacerlo revivir. Creo que fue más bien compasión y capricho lo que me permitían estar junto a él. Compasión porque me daba mucha lástima que sea así, tan insensible, negativo, tan muerto. Pero se ve que lo hecho hecho está, y si él había decidido morir ya no había vuelta atrás. Me costó tiempo entenderlo, pero cuando lo pude lograr me alejé lo más pronto posible para no seguir perjudicándome. No quería morir, era muy pronto y además, no merecía ese trágico final.
Actualmente, creo que puedo decir que descansa en paz. O que tal vez es una especie de "muerto vivo", ya que creo que hay una mujer que logró sacarlo de la tumba donde él mismo se enterró y hacer que vea la luz del día como algo positivo, no como algo molesto en la cara por las mañanas. Y sí, no era mi destino definitivamente. Lo mio era pasarla mal con el muerto, no obligarlo a reencarnar. Lo mío era pasar, aprender la lección y continuar mi viaje que aún, no termina.

¡Feliz día del escritor! Parte II

¿Por qué escribo?

Simple: me encanta. A los cinco años empecé a hacerlo por diversión y luego, a medida que pasaron los años se me convirtió en una necesidad. Digo necesidad porque es lo que es, como una especie de adicción. Todo el tiempo escribo, no importa dónde o cómo esté, la escritura siempre me salva. Es algo que hago con todo el gusto, y desde lo más profundo de mi ser. Puede que mienta cuando escriba, pero si lo hago es porque tengo un plan en mente. A eso me refiero con que, si miento, generalmente es para inventar alguna especie de historia que tengo en la cabeza, pero no lo considero exactamente "mentir", sino que es crear.
Escribir lo que se piensa, es libertad. Escribir lo que se siente, es necesidad

¡Feliz día del escritor!



Feliz día para mi, para una de mis escritoras favoritas (Isabel Allende) y para el periodista y escritor por el que me hablo mediante mails (él sabe quien es). Feliz día a los escritores que me hicieron volar, llorar, reír, recordar y olvidarme de lo que estaba pasando por un momento. 

Hoy me siento feliz de que por lo menos me saluden. O sea, chabones, ¿saben lo que significa eso? ¡TENGO UN DÍA! 
Me pone muy contenta saber que pertenezco a este gran "grupo" de gente que es como yo. Gente que hace lo que le gusta y lo disfruta, porque lo hace con el corazón. Ser escritora, me encanta, y transformó la vida desde el momento en el que supe escribir. (no exagero, en cuanto aprendí a escribir puse manos a la obra para plasmar lo que me pasaba adentro. Entonces, ¡escribo hace casi once años!)  
Desde que le tomé el gustito a este mundo llamado "escritura" nunca me pude alejar de el. Escribir es algo que necesito, que me libera. Creo que el único lugar sobre esta Tierra en el que puedo ser quien yo quiera: puedo ser yo misma, la persona que siempre quise ser, algún personaje inventado... realmente, es algo increíble e inexplicable. 
Gracias a mis inspiraciones, a mis musas, a mi vieja por incitarme a que lo haga, y a la persona que me haya enseñado a escribir (en este momento no recuerdo el nombre de la señorita del jardín de infantes, perdón.) Gracias a toda esa gente que me dice cada día esas palabras de aliento como "¡ay, me encantó Mími! ¡Seguí así!" "Está muy buena, me gusta"  "Tenés una imaginación y creatividad impresionante! ¿Cómo haces? Yo no podría..." 
Gracias a mis señoritas y profesoras, que siempre me alentaron también. 
Ahora me voy a pasar  MI DÍA de la mejor manera: escribiendo. Y como diría mi queridísimo Cerati, ¡gracias totales! 






PD: ¿Por qué se celebra este día? ¡Entrá acá!  http://bit.ly/LjZvsF

Esas caricias que me hacen volar. Esos juegos que me hacen reír a carcajadas. Esos besos de nunca acabar...
Esos abrazos que me consuelan. Esas miradas pícaras que lo dicen todo. Esas mariposas que en mi estómago vuelan...
Cada momento que pasamos juntos, se transforma en mi más preciado recuerdo. Cada mañana que me saludas con un beso, se convierte en otro más que deseo. Sencillamente y en pocas palabras: me enloqueces...
Perdón si pienso mucho y digo poco. Perdón si digo "no me pasa nada" cuando pienso totalmente distinto. Perdón por mis miradas tontas no disimuladas cuando no me estás mirando y también quisiera que me perdones por no atreverme a mirarte cuando vos haces lo mismo. Perdón por todas esas veces en las que me ofendí y me fui corriendo sin detenerme ni un segundo a pensar en tus sentimientos. Perdón por aquellas veces en las que no contesté los centenares de "te amo" que me decías con tanta pasión. Perdón si alguna vez corrí el rostro dejando que ese beso muriera inmediatamente en el aire. Perdón por no atreverme a hacer lo que querías, dejándote con las ganas de tocar esas notas musicales que tanto querías plasmar en la guitarra. Perdón por todas esas noches que me extrañaste con locura, y yo no pude hacer nada para remediarlo. Hoy, te pido perdón por todo, incluso por esas escenas de celos inútiles que hasta ahora te sigo haciendo. Hoy, me atrevo a preguntar ¿me perdonás? 
Anoche soñé algo diferente. No se porqué estaba ahí. No pensé en aquella persona en todo el día, y creo que tampoco en la semana, pero no se qué hacía ahí. Me desperté con esa imagen grabada en mi cabeza. No parecía el, definitivamente nada que ver. Era una mezcla de él, con una persona totalmente diferente de alma, pero en lo físico, eran iguales. ¿Qué mierda hacía yo pensando en él? 
El sueño era como si estuviese mirando una película, una grabación de sus vacaciones o algo. Se lo veía feliz, como liberado de mi. No tengo en claro si era él o su "otro él" como acostumbraba a decirle cuando lo veía todos los días a uno, y hablaba todas las tardes con el otro. Sea quien sea, parecía como si ya no me necesitara, como si disfrutara de mi ausencia. Se lo veía festejar, sonreír. Sea quien sea, ya no necesita de mi
Los que vieron esta bellísima película ya saben de lo que voy a hablar: un nuevo comienzo. Casi la mayoría de las personas que conozco pasó por rupturas, peleas, ya sea con algún novio/a o porqué no, con algún amigo o amiga. Sea con quien sea, todos nos peleamos alguna vez. A veces esa pelea se torna en algo fuerte, que hace que el lazo que teníamos con la otra persona se rompa hasta tal punto que pensamos que nunca más podrá volver a arreglarse. Pero esto no es así. Si se quiere, se puede, fácil. Nunca nada está perdido, si nosotros queremos volver a construirlo. 
Siempre se puede volver a empezar. Siempre se puede salir de la oscuridad, si tenés la esperanza de que vas a volver a encontrar la luz. ¡Vamos, no es tan difícil! Dejá atrás lo que te hace sufrir, los malos recuerdos, las malas sensaciones, y hacele lugar al futuro. ¿Quién te dice y capaz viene algo mucho mejor? 
La oscuridad no dura para siempre. En algún momento el rayito de sol va a brillar, y vas a poder salir. Ya les dije, si se quiere, se puede. Solo hay que ponerle onda y seguir adelante. Todo es cuestión de actitud. 
Que sea invierno, tu mamá te diga "abrigáte!", hacerlo e ir por la vida caminando como lo demuestra la imagen. #SoyUnHuevitoFeliz.
¿Sabés cual es la diferencia entre vos y yo? Que vos tenés otra vida si yo me voy. Tenés a tus amigas, tus mejores amigas, tus mejores amigos, tus amigos del barrio... en cambio, si vos te vas yo no tengo nada. Ah no, esperen, tengo algo mejor: mi mejor amiga del alma 
Bueno, lo único que me saca estas sensaciones e instintos asesinos, es que mi mamá me va a hacer una comida que adoro (secreto familiar) . Es lo único que me motiva. 
"Vi tu muro y me doy cuenta que sobro" ay ay ay ay, estas frases del facebook...
Por esos roces, que por más cortos que sean, te dejan una sensación que jamás olvidarás...
Muchas veces pensamos cosas, y no las decimos. Muchas veces sentimos cosas, y no las decimos. Muchas veces queremos cosas, y no las decimos. ¿Por qué? ¿Por qué no las decimos? Tal vez por miedo a ser rechazados, tal vez por vergüenza. 
Por eso nos sentimos mal, nuestra conciencia nos repite todo el tiempo "¡tenés que decirlo, tenés que decirlo!" y nosotros le respondemos "sí, sí, juro que mañana lo voy a decir" y al final, llega mañana y no lo decimos. Al día siguiente pasa lo mismo, y así pasan los días hasta que creemos que eso que queríamos decir no era tan importante, y lo "olvidamos". Pero recuerden: todo vuelve. Y obvio, ese secretito, esa confesión, ese problema que teníamos que decir, ¡también vuelve! 
Para mi, nunca tendríamos que quedarnos con las ganas. Si tenemos que hacer algo, hagámoslo. Si tenemos que decir algo, digámoslo. ¡Hay que atrevernos! Una de mis frases de cabecera es "el que no arriesga, no gana". Ojo, podemos perder también, pero quién dice que capaz en alguna de esas, salís ganando. Te sacás ese peso de encima, tal vez sos más aceptado de lo que vos creías, y todo termina siendo feliz, como en los cuentos que leíamos de chicos. 
Conclusión: arriesgate, hacé caso a tus impulsos, decí y hacé lo que sentís. Que nada ni nadie te quite esa adrenalina, ese vértigo que sentís en estos momentos. Es horrible, pero es tan horriblemente increíble...
Odiar el invierno, pero ponerle onda pensando que es una escena romántica moderna del hundimiento del Titanic en el que mi novio es Jack y yo soy Rose. Y sí, así lo paso. 


Si tendría que poner etiqueta, me confundiría. Decir "somos amigos" quedaría muy chico, porque los amigos no se besan en la boca ni se aman con locura. Decir "somos como hermanos" quedaría extraño, porque los hermanos no se besan en la boca ni se aman con locura. Decir "somos novios" quedaría casi perfecto, porque los novios si se besan en la boca y se aman con locura, pero no se si tienen esa conexión que tenemos nosotros. ¿Cómo explicarles? Lo que nos une es el amor, como a toda pareja, pero creo que lo que nos permite seguir juntos hasta el día de hoy es nuestra voluntad, nuestras formas de pensar, nuestros juegos. Somos, como ya les dije, dos nenes de jardín que se prestan los juguetes, pero a la vez dos personas que se aman, sueñan con una vida juntos y disfrutan de su presente. Somos una especie de "amigovios". Sí, porque se podría decir que somos amigos que se aman como más que amigos, se besan, se juegan, se celan. No, no creo que eso sea correcto. A ver, vamos de nuevo: me gusta, me encanta, me enamora, lo amo. Él también me ama, entonces nos amamos. Sí, antes éramos solamente mejores amigos, ahora somos eso y mucho más. Somos novios que continúan con su amistad manifestándola en forma de una confianza irrompible, juegos de nenes de cinco años, peleas tontas, y sensaciones raras. Sí, ahora si creo que todo está bajo sus respectivas etiquetas. No se si eso exista en otras personas, no se si se considera "normal" comparando con el resto de la gente, pero de cualquier manera, lo que está pasando me hace feliz.



Extraño cositas. Extraño esa clase de sensación que nos hace volar, nos hace feliz, nos hace sentir nosotros mismos. Extraño mirarlo a escondidas, cuidarlo cuando se siente mal, jugar en los momentos de clase. 
Creo que extraño al amor. Más bien, extraño ese sentimiento que me hace sonreír, gritar, emocionarme. No se si extraño a alguien en especial... creo que si. Ya, lo confieso, lo extraño a él. A él y sus manías de morderme, a él y sus manías de besarme, a él y sus manos frías que luego se transforman más calientes que el sol. Lo extraño a él, junto con sus piernas fuertes, su espalda ancha y su hombro donde siempre puedo apoyarme para descansar. Extraño sus palabras graciosas, sus frases tiernas y sus actos bonitos que me hacen dar cuenta de que cada día me quiere más. Quiero que leas algo: sí, vos... te extraño. 
Extraño oler ese perfume que tanto me enloquece. Extraño morder esos cachetes que tanto me tientan. Extraño mirarte cuando me contás algo y pensar en lo tanto que me encantás cada día más. Extraño toquetearte, olerte, morderte, besarte, hacerte mis ridículas escenas de celos. Te lo resumo bien sencillito: te extraño 
Felicidad, no hay una fórmula para ella. Muchos creen que si, pero a mi me parece que no. Simplemente, lo sentís, como el amor. No hay una fórmula para enamorarse, ni para hacer que ese amor dure a través del tiempo.
Algunas personas creen que la felicidad es tener todo lo que siempre soñaste. No casi siempre se cumple. No hay que tenerlo necesariamente todo para ser feliz. La felicidad se encuentra en todas partes, en cada sonrisa, en cada mirada, en cada momento, por más oscuro que sea, siempre hay un rayito de felicidad que te hace encontrar la luz completa.
Hay momentos simples, en los que no tenemos todo lo que deseamos, pero sin embargo nos sentimos felices.
Felicidad es estar bien, en paz. Felicidad es la familia, el amor, la sinceridad y la confianza. Repito, no hay que tenerlo todo para ser feliz. Yo por ejemplo, ahora estoy sentada en la silla, mirando la computadora, escuchando música y escribiendo esto, y soy completamente feliz. Sí, me falta mi novio, mi mejor amiga, mi mamá, mis abuelos, mi primo... que no están acá en la misma habitación que yo, pero sin embargo estoy feliz.
La felicidad se arma de pequeños momentos. Muy pocas veces te vas a encontrar con toda la felicidad de una, en un solo momento, pero no por eso tenés que sentirte mal. Siempre hay un mañana, una segunda oportunidad, para encontrarte con la felicidad. Puede que sea una felicidad fugaz, que dure un simple momento y nada más, pero te aseguro que te va a servir. ¿Cómo? Siendo ese rayito del que te hablé. Siendo ese empujoncito cuando más lo necesitás. Nunca lo olvides, siempre hay tiempo para ser feliz.
Cuando te hacen sentir parte de algo, te sentís de una manera increíble. Cuando reaccionás que nadie más que vos había llegado tan lejos, te sentís realizada.
Hay pequeños actos, que por más que sean pequeños, significan algo muy grande. Hay momentos, en los que no podés pedir nada más, solamente que no acaben pronto. Hay sensaciones que nunca vas a olvidar, y que lo único que pedís, es volver a repetirlas una y otra vez.
Situaciones como esas siempre quedarán en tus recuerdos. Cada vez que experimentes algo que te haga recordar como te sentiste exactamente en esa situación, vas a sonreír y pensar "así me sentí aquella vez que..."
Hay que agradecer esos pequeños actos, esos momentos sencillos que de sencillos no tienen nada, esas sensaciones inolvidables. Somos lo que vivimos, y cómo vivimos. Somos nuestro pasado y también nuestro presente. Somos nuestros recuerdos, nuestras sensaciones, nuestros actos. Somos la gente que nos hace reír, que nos ama con su corazón y que nos acompaña siempre. Somos la gente que nos hace sentir bien y que forma parte de esos momentos que jamás olvidarás.
Nosotros somos, mis amigos, un conjunto de sensaciones que quedarán por siempre...
Tu respiración en mi cara, tus manos en mi pierna o espalda. Mis dientes hincados en tus cachetes o en tu boca. Nuestras risas flotando en el aire...
Me mordés, me besás, me hacés cosquillas, me hacés gritar y reír hasta el final. Cada caricia tuya queda grabada en mi mente, y también en mi piel. ¿Sabías que no puedo olvidarte? Estás a cada segundo en mi mente, ¡y no puedo sacarte!
Amo todo lo que me decís, todo lo que me hacés. Amo el aire que respirás, la risita que soltás, ese perfume exquisito que usás. Amo tu mano sobre la mía, mi cuerpo en tus rodillas, tu lengua en mi boca. 
Adoro verte tocar la guitarra. Adoro ver esos ojazos color café brillosos que tenés. Adoro tus cachetes y tu carita de bebé que me convence cada día más de que sos más bueno que el pan. Adoro tus palabras, tu valentía y tu buen corazón. 
Me encantan tus sorpresas, tus palabras de aliento y tus maneras de defenderme. Me encanta molestarte, hacerte cosquillas, toquetearte y mimarte todo el tiempo. Me encanta que tengamos cosas en común. Me encanta cada acto de amor que realizás por mi. 
Me gusta mucho tu personalidad, tu bondad, y algunas veces tu locura. Me gustan tus manías de morder, de darme la mano, tocarme la pierna y hacerme cosquillas en todo momento. En definitiva, me gustas vos, te amo a vos, te adoro a vos, me encantas vos

Exageración

Muchas veces pasamos por cosas buenas y malas. Algunas, son terriblemente malas o terriblemente buenas, y otras simplemente son un momento. 
Hoy voy a escribirles sobre la exageración que se presenta de diferentes maneras: uno puede exagerar lo bueno, o exagerar lo malo. He aquí ejemplos de lo malo: 
- "¡Ay por Dios, estoy re gorda! Esta noche no como. ¡Soy una vaca!" cuando en realidad la pendeja es una copia del cuerpo de Silvina Escudero. 
- "No se que te pasa últimamente, pero siento que pensás todo mal" cuando en realidad el pibe solo expresó lo que sentía en un momento de calentura. 
- "¡Fue todo una mierda! No le vuelvo a hablar nunca más." cuando en realidad lo que pasó es que el chabón le dijo dos o tres guarangadas. 

He aquí ejemplos de lo bueno:

- "¡Fue el mejor día de mi vida! No lo voy a olvidar nunca". cuando lo que realmente pasó fue que besó a un pibe, que encima que es re feo, la terminó re cagando. 
- "¡Es divino el vestido! Un verdadero vestido de fiesta, con todos los accesorios, eh." y en realidad era un vestidito bonito, pero muy sencillo.
- "Cada día está más lindo. ¡No lo voy a dejar de amar nunca!" cuando en realidad el chabón lo único que tiene de diferente, es que se cortó el pelo.

Siempre tendemos a exagerar. La gente habla pelotudeces la mayoría del tiempo, y casi nunca pensamos en cómo se sentirá el otro al decir esas pelotudeces. Yo, por lo menos, hay veces (les soy sincera, la mayoría) en las que no pienso antes de hablar o escribir. Por ejemplo ayer, para que todos lo sepan, me había peleado con mi mamá y puteé desaforadamente contra toda la humanidad y también contra mi misma. Pero fue solo por la calentura del momento, igual que en la entrada del otro día. Yo también soy una persona, y también exagero. ¿O me van a decir que nunca exageraron algo? 
También solemos exagerar las cosas de los demás, no solo sobre nosotros mismos. Por ejemplo, cuando le pegan un tiro a alguien, que lo vemos por la tele decimos "¡Si, no sabés! ¡Se moría desangrado el pibe por los veinte tiros que le pegaron!". O cuando a alguien le pasa algo malo, anda triste, o sin ánimo de nada y dicen "Y, la pendeja está insoportable. Tiene la autoestima por el piso. Yo creo que hay que frenarla ahora antes de que se suicide". O sea, man... solo estuvo triste un miserable momento, y vos ya pensas que se va a matar. Yo diría que dejemos de exagerar un poco y miremos las cosas con más claridad, porque realmente, si seguimos así nos vamos a ir todos a la B.